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domingo, 3 de enero de 2010

SUSPIROS.

Ella había caminado, no se veía, nunca sabía lo que quería.

Todos creían que era segura, pero ella sabía que faltaba algo para completar el puzzle.

De pronto se dio cuenta de que vivía, sentía, soñaba. De pronto se vio feliz, amaba sentía. La magia la seguía acompañando, y él no sabía que estaba vivo, no sabía lo que era la magia, no sabía nada. No sabía lo que era sentir, lo que era ser feliz, era de un extraño gris claro.

      ¿Entonces por qué le atraía?. Porque sentía una extraña atracción hacías sus ojos tristes, hacía su eterna melancolía. Pero ella no podía pararse.


Ya. Y ¿Se paró?.
Levemente.
Él ¿se percató?.
No, él la quería estática, él quería el gris que habían diseñado para él, no veía el color.

¿Y ella?.

Comenzó a marcharse, pero se sentía mal, se sentía sola.

¿Sola?.

Si, estaba descubriendo lo fea y dolorosa que es la soledad.

¿Si?, era tan fuerte, era tan fuerte que cuesta creeelo.

Si de pronto sentía que la magia se le había caído por el camino, que la ilusión empezaba a abandonarla....

O no; ¡Eso es horrible!.

¿Y qué pasó entonces?.

Buscó entre sus cenizas, se volvió a buscar, trató de encontrarse...

¿Y lo consiguió?.

Supongo, era fuerte, y no había otro camino,  no en su vida al menos.

Pero, ¿por qué pasó?.

Jamás lo supo.

¿Y después...?

Él la miro, ella lo miró sintieron lo mismo, se sintieron bien.

...Y?...........


Ella quería escribir una bonita historia de amor, él quería costumbre, una vida segura. Ella quería llevarle al fin del mundo, al principio, donde todo era seguridad, a la seguridad de sus recuerdos, que era la certeza del presente de ella,  él quería el mundo a sus pies.

 Ella tenía el mundo a sus pies, pero él no lo veía.  Ella sabía ser feliz. El ser infeliz. Y entonces. Ella se fue siguió su camino, su estela, le echó de menos, pero no más de lo que se echaba de menos a ella misma. Se recuperó y continuó.

Qué pena.

Ya, pero es la vida.


¿Y no les dolió?.

Muchísimo, pero la vida siempre larga seguía..La vida tiene la extraña  costumbre de continuar, recordándonos lo insignificante que llega a ser nuestro dolor o desilusión.

Tal vez no exista el amor, pensó ella, pero siempre existiría ella, y allá donde ella fuera siempre estaría LA VIDA, y sin Amor no hay vida.

Hasta la próxima.


Pero ésta ha sido triste.
No que va, ella nunca había sido tan feliz.............
¿Y él?,
Quien sabe........Contesté en un suspiro.

Se la quiero dedicar a un amigo que cada noche me cuenta un pequeño pensamiento, divaga y divaga...y sólo calla para escucharme.Hoy me decía que para quedarse sólo hay que ser muy fuerte y yo no lo soy, que apueste por el AMOR, yo le dedico ésta pequeño entrada, y me recuerdo a mí misma y a él, que existen momentos por los que el hombre ya no pasa...simplemente aprende a vivir de otra manera...


Maria Esther Tenza Pérez.

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