¿Y yo que te aporté?, dijo él pensativo.
Me devolviste a mi esencia, me recordaste quien era, y por qué un día fui muy feliz..
Entonces...¿qué sentías?
Seguridad contestó ella.
Entonces....¿aprendiste?.
¿Y yo que he aprendido de ti?.
¿Tú que crees?, contestó ella.
ENTONCES, contestó ella segura de si misma, ámate.
Eran días mágicos...era bonito....
¿Y después Mamá?....No me acuerdo hija
Qué más da el después hija...Contesté.
-María Esther Tenza Pérez- 2 Julio 2010
Me devolviste a mi esencia, me recordaste quien era, y por qué un día fui muy feliz..
Entonces...¿qué sentías?
Seguridad contestó ella.
Entonces....¿aprendiste?.
Muchísimo, contestó ella alegre. Aprendí a mirarme en mi propio espejo, recordé lo que me habían enseñado, aprendí todo lo que no me gustaba, entendí el daño que un día hice, aunque ese daño solo acabo en mí....Tu decías las mismas palabras que yo había dicho siempre, maldecías al amor como yo hice en antaño...A tu lado entendí el camino sin retorno que yo había empezado, el camino cuyo fin único es amar y ser amada. Tu me devolviste a mi esencia, a mi gente, a mi pueblo, a mi vida maravillosa..
Ella hablaba, era feliz...él cabizbajo estaba aprendiendo, estaba en el principio del camino, no podía dejarla marchar, pero no quería quedarse con ella, le daba miedo, sabía que ella nunca se doblegaría, ella era distinta y eso le daba miedo...él sufría, ella lloraba...Ambos amaban, aunque no lo sabían
¿Y yo que he aprendido de ti?.
¿Tú que crees?, contestó ella.
No lo sé, dijo una vez mas congestionándose, con los ojos brillantes, bajo la cabeza, no lo se. Pero no quiero que te vayas...No puedo dejarte ir, decía mientras daba una patada a la nada ubicada en el suelo. Su voz se perdía en el hilo de la vida.
ENTONCES, contestó ella segura de si misma, ámate.
Eran días mágicos...era bonito....
¿Y después Mamá?....No me acuerdo hija
Qué más da el después hija...Contesté.
-María Esther Tenza Pérez- 2 Julio 2010
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