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lunes, 15 de noviembre de 2010

ALEGORIA (Cuando algo llega al alma...deja de entrar por los sentidos).

          Era invierno, de esos inviernos suaves que se respiran en mi ciudad de Murcia, mía por propia decisión, por ser la ciudad más cómoda de mi Universo, la ciudad más bella.

Ella caminaba por la calle, que tantas veces había pateado, iba con un chico, ensimismada en la conversación, sonreía, rebuscaba en su mente momentos alegres.....
Él les contempló viéndola sólo a ella, les contempló sin darse cuenta de que iba acompañada, de que jamás fue suya, pero sólo la veía a ella, sólo la miraba a ella, la esperó...
- Hola dijo ella entre sorprendida y contenta por encontrarle.
- Hola contestó él, llevándola a su Universo como en antaño, cómo si Don Antaño no acabara nunca...

No miró a su acompañante, él no lo veía, sólo la veía a ella, como siempre, la chica que parloteaba, la chica que conversaba, la chica que al ponerse seria le trasladaba a la realidad. Entre ellos existían quine años de diferencia, pero él en el fondo de su mente aún se preguntaba si ella era lo que esperaba, ella siempre supo que no, la debía haber hecho su esposa, pero ella se escapaba por su dedos, ella siempre encontraba el momento de aplazar lo innegociable.

Él estaba decaído, envejecido de pronto, como ella siempre deseó verle, deseaba que envejeciera para no desearle, torpe pensamiento, cuando algo llega al alma deja de entrar por los sentidos..


Al pararse él sintió que el corazón se paraba...balbuceó...- Me voy a divorciar...
Ella sonrió...No lo harás le contestó desde el lugar donde se tienen todas las respuestas, no lo harás porque no quieres hacerlo, no debes hacerlo y no puedes hacerlo...
- Me ha pillado..
- Siempre te pilló, ella siempre lo supo, esta vez, es una más y no será la última, ella es de las que saben que eso pasa, y no le importa...Te perdonará, sólo quiere llamar tu atención....Mírala...descúbrela, y vuelve a tu TORRE DE MARFIL...
- No, esta vez, es distinto, quiero divórciame...

La chica sonrió, sabía que existen hombres que sólo pueden estar casado, que jamás serán fieles ni leales, ni nada que tenga que ver con los compromisos, necesitan tener el norte en su casa, hogar que destrozan por sus torpes impulsos, sus mujeres lo saben, pero lo entienden, empiezan por aceptarlo, por sufrirlo y terminan por acostumbrarse...la chica siempre necesito ser única, no compartía nada que no fuera una sonrisa, un buen momento, creía en la lealtad y la fidelidad como formas de organizar una vida y la sociedad, por ello, jamás se hubiera quedado con el esperpento que ahora tenía delante, él la hubiera cubierto de oro, él conseguía que su mente se mantuviera activa, él la hacía deleitar, pero no la hacía sentirse única, sólo una más, un poquito más espabilada, pero una más.

- Me voy a divorciar.
- Bueno pues hazlo, le dijo ella, con la magia que le caracterizaba.
- Pero no quiero...Respuesta que llegaba de ese lugar de las decisiones, donde en minutos cambias….
- Pues no lo hagas...ella te perdonará, porque en ese perdón se perdona a sí misma por haberte elegido. Ella sólo necesita que la mires...

Él, pensó que con ella hubiera sido distinto, que ella era comprensiva..era...libre, qué carajo, tan libre que jamás hubiera....

Miró al chico que la acompañaba....le dijo resignado, vas con una gran mujer...
- Lo sé balbuceó el muchacho, abrumado por la situación.
- Gracias, dijo ella, muchas gracias.

Se despidieron sabiendo que ambos eran parte de un pasado que no querían que volviera, ella se alejaba parloteando, contándole a su acompañante que un día, ya lejano lo amó, pero que supo que jamás sería su esposa, ella se alejaba con sus pensamientos, con su alegría, con su coloquial timbre de voz...pronto olvidaron al pasado, al encuentro fugaz que les sacó de su conversación.

Él se marchó consigo mismo, sabiendo que se había equivocado, al engañar a su mujer, tratando de entender qué le obligaba una vez más a ser desleal, a ser infiel, ni siquiera era un cuerpo de mujer, ni siquiera era el sabor de unos labios nuevos, era sólo que no podía sentir la fuerza que te lleva a admirar, a querer tanto a una persona que desapareces, que se te rompe el alma al mirarla, al pensar que puede desaparecer, que la puedes perder, y jamás miras a otra, y jamás sientes por otra, porque lo tienes todo en la gloria que tienes delante....

Eran días confusos los que mi madre vivió, vivía para recoger la semilla que sembró con sus decisiones, vivía para ver que con 20 años no se equivocó, aunque sintió que el ALMA SE LE ESCAPABA DEL CUERPO. Eran días en los que cuando te encuentras a una amiga, le dices ¿de quien te has divorciado...no recuerdo con quien te casaste?...Cómo si fuera lo más normal. Eran días donde se recogían las semillas de una sociedad confusa, cuyos cimientos eran las emociones, pero sin compresión y lealtad, los frutos eran complejos y distorsionados.

Anoche, mientras estaba de fiesta...y pregunté..¿y tu de quien te has divorciado, chiquilla?, supe entendí por primera vez QUE MI MUNDO YA NO ES EL MISMO. NO es el que soñamos cuando estábamos bailando en aquella barra, cuando vivíamos nuestras emociones al máximo. Supe que mis amigos y amigas también se divorciaran....que todo ha cambiado. El divorcio es un adelanto en las sociedades evolucionadas, nos da la posibilidad de arreglar el no-entendimiento, reconduce la infelicidad...pero a mí, hija, a mí me da mucha pena...

- Hasta mañana mamá...y ve acostumbradote.

- Hasta mañana hija....
FOTO CEDIDA POR RAFAEL DIAZ MARCO

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