La Escribí cuando mi hermano abandonó su Universo de Trapo, en el que había estado atrapado...cuando abandonó México y comenzó una nueva vida, junto a Jimena y su familia. Agradezco profundamente tanto a Jimena como a su familia lo mucho que le han ayudado. (Septiembre del 2010).
¿Has vuelto a las andadas eh...??. Dijo la abuela desde ese lugar sin nombre...
Si, Santa vuelvo a ser la misma.
Me alegro me tenías preocupada.
No te preocupes, siempre, despacio va apareciendo nuestro propio camino, el que creamos con nuestros pensamientos desde que nacemos, yo no valgo para estar cabreada, para juzgar a nadie, siempre pienso que la liberad está por encima de mi juicio. Yo no valgo para juzgar y tratar de cambiar a la gente, yo soy la que soy, y punto, y mientras sin saber por qué abandoné mis valores, yo era la que más sufría, a mí me da igual el egoísmo ajeno, la hipocresía o la falta de escrúpulos, sólo me ha preocupado que esos adjetivos me calificaran a mí. A mí me da igual que los demás no amen, no se puedan mirar a los ojos, o deseen sirenas con pies de barro, mis pies siempre han pisado el suelo. Soy consciente de que si sus Universos de trapo no te atrapan, no debes de inmutarte, es el estoicismo que preconizaba Séneca. Son los Valores Universales, que olvidamos, cuando nos tratan de manipular vilmente o tratamos de hacer lo propio. La manipulación, cuando la ejercemos, cómo cuando dejamos que nos chantajeen, nos corroe a nosotros.
Por eso, no me entiendo cuando sigo el juego de los necios y me enfado, cuando dejo de ser yo por no desear nada, cuando entro en Universos de trapo. No me entiendo.
Sabes, un día aprendí a caminar como tú, sin impórtame nada de lo que no debía importarme. Sin que me doliera respirar, pero poco a poco se olvida, los Universos de trapo te atrapan y te olvidas de tus valores, de caminar importándote los demás tanto que respetas sus acciones y decisiones, y en ese momento dejas de ser para convertirte en uno más, uno más del rebaño, uno más de la masa, olvidas que sabes mirar con otros ojos, y pasas a engordar las filas terrenales, y olvidas las del NUNCA JAMÁS...
Tú le ayudaste, niña.
Lo sé Caballero. Gracias por lo que en su día usted hizo por mí, por la piedad que demostró y el tiempo que a mi causa le otorgó sin saber que un día, inimaginable para usted, sería su propia causa. ¿En algún momento me admiró, ó entendió?.
Si lo hice.
Entonces se que en el fondo de su corazón, él lo hizo.
Un día, antes o después, te levantas y sientes sólo la necesidad de ser tú mismo. De meterte en tus zapatos y caminar con ellos. Pasearte y pasearte y que sólo el viento te contemple, sin juzgarte, sólo mirándote.
¿Hoy has sido feliz mamá?.
Muy feliz hija, muy feliz. Hoy he sido un poco más sabia, en este duro aprendizaje de tratar de salir de la necedad que nos envuelve sin saberlo desde nuestro nacimiento. Hoy he tratado de observar, pero sin juzgar, "mientras actuamos seriamos capaces de ser ecuánimes y que únicamente floreciese nuestra buena voluntad que es lo que queda cuando no hay condicionamientos, cuando no hay un yo que defender". Frase que te cojo Liberto.
Hoy no he tenido nada que defender, sólo un VALOR, LA BUENA VOLUNTAD.
Hasta mañana mamá.
Hasta mañana hija mía
María Esther Tenza Pérez.
Septiembre 2010.
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