Cruzaste la única línea invisible que trazo en mi recorrido por la vida.
Mamá no es para tanto...
Lo sé, pero me dolió.
Ya...Mamá pero él no te conoce....No sabe el daño que te hizo.
Luego, sólo era otra historia.
María Esther Tenza Pérez.
Febrero 2010
Mamá no es para tanto...
Lo sé, pero me dolió.
Ya....
Cruzaste la única línea que trazo en mi paso por la vida. Rompiste mi magia con tu falta de cordura, pasaste a no conocerme, y juzgar la mejor parte que me define. Yo soy magia, me gusta ser feliz, y sin pensar en las consecuencias juzgaste mi forma de ser de la forma más horrenda que existe...
Ya...Mamá pero él no te conoce....No sabe el daño que te hizo.
Lo sé, pero eso no me quita el dolor. Verás, me gusta sonreír, dar lo mejor, reír sin parar, hablar con la gente, vivir, el mundo se puede confundir, yo pondré a cada uno en su sitio, los necios pueden no conocerme, pero él no, el tiene que sentir mi magia, amarla, de no ser así he perdido el tiempo...Y la vida está para vivirla, para ser Feliz.
Eran noches especiales, donde el entendimiento, el desentendimiento, el amor y el desamor se comunicaban sin canal definido. Era la magia de estar viva y ser única. Él lo sabía, claro que lo sabía, pero quería que fuera distinta, sin saber que al ser distinta dejaría...de desearla. Él era un necio, había cruzado la única línea imaginaria que ella había trazado desde su nacimiento. Ella era magia, magia inaccesible para él....
Luego, sólo era otra historia.
María Esther Tenza Pérez.
Febrero 2010
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