El viernes por la noches estuve hablando con mi gran hermano, Antonio, comenzamos como siempre, ¿cómo éstas?, ¿cómo te ha ido?…lo de siempre…hasta que pasamos a lo profundo, al mundo irreal que compartimos desde niños, al mundo de “¿cómo nos sentimos?”, “¿qué hemos pensado por dentro?”…. haciéndonos nuestra acostumbrada introspección, me dice…
- Nena venimos para conocer a los demás….
No Toni, le dije, no, qué desperdicio de vida sería, es nuestro error de base, es el producto de la educación que recibimos esa precaria idea, no venimos a conocer a nadie, a cambiar a nadie, no sin habernos conocido a nosotros mismo, y potenciar de nosotros lo que nos gusta….
¿Cómo mamá?.
Verás, os voy a contar un secreto, ya sabéis que adoro Macis, mi micro mundo, y que me encanta mi mundo de Cristal (que no es más que ese momento etéreo en el que te encuentras bien, pero ese momento hay que trabajarlo muy duro, y para ello tienes que tomar muchas decisiones).
Si mamá, y que estás loca de atar también..
Bueno hija de acuerdo, pero prosigo. Cuando llego a Macis, para superar la muerte de mis abuelos, para superar que toda mi vida desapareciera, opté cada sábado, ya que no tenía a mi abuela para contarle las cosas que me habían sucedido y para que me riera y riera lo que le contaba, cuando ella desapareció, me tuve que encontrar conmigo misma. Cada sábado me siento, pongo mi silla mirando a la Torre, esa torre de la iglesia que se toca con las manos desde la Casa de La Verja…y comienzo a hablarme….mientras tomo el sol, comienzo a pensar, en lo que quiero, en lo que me hace sentir bien, me cuento secretos a mí misma, me aconsejo y Me conozco, hasta que me estoy gustando…hasta que me estoy queriendo…
Cómo todos mamá….
Si lo se, allí sentada, sin nadie, yo que siempre estoy envuelta por la gente, porque es lo que más me gusta en éste mundo, allí alejada momentáneamente si consigo que nadie toque el timbre, allí con mis plantas, con mi patio y con la torre, comienzo a pensar en lo que siento, en lo que quiero, y a conocerme, como antes me conocí mientras le contaba a mi abuela mis sentimientos y pensamientos, allí recordé que tenía cuatro años cuando descubrí la voz de mi interior, y que esa voz se quedaba mientras los demás siempre se marchaban, esa voz, que continuamente piensa y me habla, la voz que dicen es de mi conciencia, esa, hermano mío es la que nos acompaña y tenemos que conocer, esa es la que debemos conocer, no venimos a conocer a los demás sino a nosotros mismos, lo que queremos y sobre todo…¿ QUE ES LO QUE NOS HACE SENTIRNOS BIEN?, y entonces potenciarlo, y entonces despacio comenzamos a sentirnos bien, pero sólo cuando sabemos que es lo que nos hace sentirnos bien, sólo en ese momento.
Este verano me fui a la playa, necesitaba alejarme, conocerme, lo suelo hacer y lo recomiendo unos días a solas contigo y el mar. Caminaba y caminaba por la playa, sin horarios, sin que nadie me necesitara, sólo me necesitaba Yo, y me alimentaba. Allí recorriendo la playa, me daba cuenta de que tal y como pisas la arena, el agua se lleva tu pisada, según la intensidad de tu pisada o del agua, tarda más en desaparecer…Pero siempre desaparece.
Te estás liando mamá….
Verás hija, mi hermano espera conocer a los demás, entonces confía demasiado en ellos, les culpa cuando le defraudan o les aplaude cuando cumplen sus expectativas, pero todavía no se ha preguntado qué es lo que el quiere o siente, que espera él de si mismo, o que siente ante determinados estímulos….
Entonces mamá?...No te entiendo.
Sólo cuando entendemos cómo nos sentimos ante los estímulos de los demás, podemos elegirlos, sólo cuando nos conocemos a nosotros y sabemos que es lo que nos daña, nos entristece o alegra, entonces es cuando sabemos elegir. ¿Pero si no nos conocemos, si no le preguntamos a la voz que nos gusta, cómo elegimos?.
Me gusta el chocolate porque lo he comido y lo sé, ¿verdad?. Entonces el chocolate no tiene culpa de nada, es mi elección porque conozco mis gustos…
Lo mismo nos pasa con las circunstancias que nos fabricamos, o con la gente con la que nos relacionamos, ellos no fallan, las circunstancias o las personas con lo que son, lo que fueron o lo que serán, somos nosotros al elegirlas….
A mí me gusta el chocolate, siempre estoy alegre cuando lo como, no me gusta el ajo, no estoy bien cuando lo como.
A mí me gusta la alegría, me gusta hablar con una persona en profundidad, me gusta pasear, BAILAR Y REIR…entonces cómo puedo enamorarme o tener amigos “grises”, no los desprecio..se que son distintos, que cómo me decía una amigo hace días…. me gustaría llevarles de viaje a otro lugar, pero no puedo ni debo cambiarles, ni juzgarles cuando piense que me fallan, fui yo al dejar que mis elecciones me encarcelaran, porque no sabía lo que me gustaba.
Sólo si me conozco y se lo que quiero podré elegir, comeré menú o a la carta, o tal vez descubro que ni me gusta comer. Tengo que saber qué es lo que me hace reír, que es lo que me ilumina la cara.
Cuando me conozco, comienzo lentamente a saber lo que quiero. ¿Voy a perder mi vida sin conocerme y juzgando a los demás, exigiéndoles lo que ellos ni saben que existe?....
Poco a poco cada sábado por la mañana, sé lo que quiero, sé lo que me hace sonreír.
Soy como dicen en Y tú que sabes, una pequeña científica, de mí misma, tengo que aprender que es lo que me hace feliz y potenciarlo, soy el producto de mis pensamientos y de mis elecciones. No soy las ideas preconcebidas en los demás de mí misma, no soy lo que el mundo cree que debo hacer, que debo elegir, que debo sentir…
¿Y cuando lo supiste mamá?..
Cuando con diez años, mi madre lo grabó a fuego en mi alma, cuando me dijo “Esther será lo que tu quieras”, nunca dejes que te convenzan de lo contrario. Ella lo había aprendido demasiado tarde, pero necesitaba que yo lo aprendiera demasiado pronto, aunque me ha llevado toda mi vida hasta hoy entenderlo…
Cuando mi abuela me dijo…el camino, lo justo es casarte y tener hijos, es lo sensato, todavía no entiendo el camino que estas cogiendo y eligiendo…pero en ese camino, sólo estarás tú, sin que nadie te utilice, no te eduqué para que nadie te utilicen.
Cuando supe, que nunca me casaría con una cuenta bancaria, ni con un cuerpo Danone, cuando supe que nunca me casaría con un mendigo ni con un príncipe, a menos que ello mi hiciera feliz, cuando supe, que sólo me casaría con una idea, que sólo quería una cosa en MI VIDA. SENTIRME BIEN….y APRENDÍ QUE ERA LO QUE ME HACÍA SENTIR BIEN…
¿Venís a mi mundo de Cristal?....Trae tus mejores zapatos.
Estás como una cabra mamá….
Lo sé hija, pero a veces, cuando la niebla desaparece….Soy feliz, porque me lo curro, me lo trabajo cada día, y aún me queda mucho, muchísimo, son tantas las elecciones…
Las releeo, y aprendo de mi misma...qué me dice la voz...Si por la calle me preguntaran ¿Y tú que sientes?, si un extraño se acercara y me dijera ¿Y tú que sientes?, si un conocido se acercara y me dijera ¿Y tú que sientes?, tras pensarlo le diría, que me gusta como soy, pero que como todos estoy conociéndome, que lo mejor está por llegar...
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