ESta la escribí, tras conocer de primera mano la falta de lealtad que estaban tendiendo con una muy buena amiga mía, tras sentirme morir, analizar y "mirar lo que se me presentaba delante...", decidí callar, no cargar con la responsabilidad de ser yo quien hablara...y de ahí salio esta forma de "mirar esa falta de respeto al amor y a uno mísmo...",
Me pregunto mirando al cielo, que sintieron los que estuvieron antes que yo al mirarlo, y qué sentirán los que lleguen detrás, mis sensaciones, mis tristezas y alegrías ¿donde aparecerán?.
Nadie lo sabe, Esther. Dijo la abuela.¿Estas triste?
No, no es tristeza, es confusión,¿tanto cuesta la lealtad con uno mismo?, ¿tanto nos cuesta entender que cuando engañamos a los demás sólo nos estamos engañando a nosotros mismos?.
Sabes que si, Esther, le dijo la abuela desde ese lugar sin nombre.
Ya Santa, pero tú siempre fuiste leal, sensata. Tiene que haber gente así en este mundo. ¿Qué vas ha hacer?.
El silencio será mi sentencia, con ella viviré, con ella, y solo con ella. Cada uno ha de conocer su sinceridad o hipocresía, es algo que nos pertenece por individual, cada uno tenemos que ser responsables de nuestras decisiones. A mi me perseguirá el silencio, porque es mi decisión, en las noches que trate de dormir, en los ojos que miren sin saber, en el día, y en la noche, en cada momento, el silencio será mi sentencia. Pero el silencio liberará las decisiones, harán que surjan del fondo de los corazones, no serán responsabilidad de mi lengua ni de mis juicios, sólo el corazón, les hablará y ellos decidirán.
¿Vas a callar mamá?.
Si, es lo justo, el respeto por la libertad de los demás, un momento depende de tu silencio, de tu no juicio.
¿Qué deseas?.
Que sean felices sea cual sea la decisión que tomen, ya que solo vosotros conocéis vuestra sinceridad o hipocresía, es algo que nos pertenece por individual.
¿Y la vida?.
Continuará sin a penas recordar que un día en ella respiramos.
¿Estas triste mamá?.
No, al revés estoy contenta, porque los sentimientos fluyeron, buscaron su lado mágico, se hicieron daño, pero también se amaron, como la canción de Frank Sinatra, de algún modo todo es a la manera como lo hacemos. No, no estoy triste, un poco confusa, pero no triste, la tristeza sólo me llegará el día que deje de conocer historias, el día que sepa que los corazones no se confunden, que las mentes no se buscan, que los cuerpos no se acarician, y que la gente no se ama. No, hoy no estoy triste, sólo confusa. El silencio será mi sentencia y ellos, conocerán su sinceridad o hipocresía, es algo que nos pertenece por individual.
Hasta mañana.
Esther Tenza Pérez
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