Translate

martes, 1 de junio de 2010

La maleta.

Ella cogió su maleta, la llenó de sentimientos, emociones, vivencias, las dobló, las guardó con cuidado, iluminó cada instante. Fue consciente de su eterno descubrimiento, la única soledad a la que temía, "la soledad acompañada".

- ¿Qué fuerte mamá?

Si, dobló guardando en su corazón cada instante, en la maleta cabía todo, al igual que en su corazón, ella supo, que todo había sido necesario, necesitaba encontrarse con su esencia, con su pasado, retornar al lugar de partida, al lugar donde su genética había buscado la eternidad, llevaba su maleta bien asida, apretada, no quería perder ni un instante, ni un momento, ni un sentimiento...

- ¿La maleta aún la guardas mamá?.

Pues claro, ella contiene miradas, desencuentros y encuentros, ella contiene deseos y rabia, contiene esperanza y desesperanza, contiene su nobleza y mi orgullo, contiene su egoísmo y mi bondad, contiene nuestros miedos, pero sobre todo hija mía contiene nuestro amor y deseo, ella hija mía contiene mi vida, como algún día tu tendrás tu propia maleta, lo único importante es que la llenes, y que sepas cuanto tienes para guardar.

- Ya...pero será complicado....
Ella cogió su maleta aquella noche sin nombre, la llenó con sus sentimientos, con sus emociones, con sus desencuentros, ella supo que sólo temía a la peor de la soledades, "La soledad acompañada", dobló cada momento, cada sensación, le dijo una vez más con su pensamiento lo mucho que le quería, pero le recordó que sólo se amaba a sí misma, y eso incluía que la respetaran tanto como ella respetaba.... le gritó a la cara lo mucho que le quería, pero que sólo temía a la peor de las soledades, “la soledad acompañada”, le gritó su dolor, y le reprochó que la hiciera transparente tantas veces, que no la viera, que no necesitara su magia…



Aquella noche ella tuvo una agridulce felicidad, pero al final la vida es agridulce porque la estás viviendo, sintiendo, compartiendo.

En aquella maleta, hija, encontrarás una bonita historia, la de tu abuela, la mía, y algún día espero la tuya, encontrarás una bonita historia de dos personas tan iguales y tan distintas...Pero de dos personas que todavía no saben, no entienden por qué coño tuvieron que encontrarse, porque conocerse ya se conocían y ambos lo sabían.....

Hasta pronto hija mía.

Adiós mamá.

Después, oí escuché lejano el grito de aquel que no la vio, llegaron a mis oídos las historias de cómo la lloró y buscó, sin entender día tras día el motivo de encontrarse vivo. Escuché el clamor eterno buscando su magia, buscando encontrarla en cada esquina, en cada sonrisa, en cada acto de bondad. Pero ella relajada, se había marchado al lugar sin nombre que la convertiría en ETERNA….


Y el resto que habita en la maleta mamá.

Ese resto se escribía eternamente, era la genética que busca la inmortalidad. Los sentimientos y emociones que nos acompañan en nuestro paso por la vida, buscando crear vida, y a la vez mantenernos vivos. Ellos tratan de aprender, de entender lo que sienten.

Pero la maleta ya está cerrada.

No cariño, la maleta siempre viaja con nosotros…

Te quiero Mamá.

Te quiero Esther.

No tengas miedo.

Te quiero Mamá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario