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lunes, 2 de enero de 2012

El primer día del año.

Tras levantarme, quedé con tres amigos para tomar algo, en esta Murcia resacosa y somnolienta del día uno de enero, la conversación entre morrallas, garbanzos negros y cómo ha cambiado todo desde qué teníamos 25 años...nos llevó hasta las once menos cuarto de la noche, a la vuelta a casa, cruzando El Morales, me encontré con una señora, perdida, hundida, se dirigió a mí...

-¿Perdona vas a entrar al hospital?.
- No simplemente lo cruzo para llegar a casa.

Sólo entonces noté que iba llorando  y reconocí sus lágrimas, son esas que caen cuando duele tanto el corazón que ni te das cuentas...la miré y me paré.

- Es que tengo que entrar, y está ya cerrado, no sé qué debo hacer, mi marido me espera.-Seguía limpiándose las lágrimas, pero como un acto reflejo, resignada, sin más.

Traté de que la colaran, pero me dijeron que Por Urgencias, le indiqué que por Urgencias, que el hospital ya estaba cerrado, sin más, sin pedir nada, me dijo.

- ¿Y dónde está Urgencias?

Repasé en mi mente, que entrar por Urgencias significa colarte, pasar por todos los médicos, cruzar hasta camas, seguir por el pasillo que lleva a consultas, subir las escaleras, recorrer consultas e ir a habitaciones, todo ello para una mujer, perdida, llorando  hundida, me contó que su marido tiene cáncer de huesos con metástasis, y que a veces necesita una ducha....se había ido a casa a ducharse y ahora estaba el hospital cerrado.....

Mientras caminábamos, entendí que no la podía dejar en la puerta de Urgencias, que tendría que recorrer el hospital con ella hasta Oncología, le expliqué que durante cuatro años mientras cuidé a mis abuelos el hospital en el que un día nací y otro murieron mis abuelos, fue mi casa, que me lo conocía como conozco mi pueblo...le dije que debía llegar antes de las once, y la incité a buscar ayuda y relevo en el hospital...

- Mis hijos no vienen, no se quedan con su padre, me dijo sofocada, y he llegado tarde porque se han peleado para no traerme, y finalmente he llegado tarde, mi hija me ha dejado sin más y yo no sé entrar...fíjate, añadía, tuvo un hijo...y yo se lo crié...cuando más haces.....

Sólo acerté a decirle, tú hazlo bien, y que no te importe lo que hagan los demás. Ella ni contestaba.
Cruzamos Urgencias, camas, pasillo, consultas, escaleras, consultas, habitaciones segunda planta....

-Adiós me dijo, y que tengas mucha suerte en tu vida.-Me repitió.

Me fui sin más, mientras ella se dirigía a la habitación de su marido, yo sabedora de lo que la esperaba, del dolor que cruzaría su pecho y su alma, no acerté a mirarla de nuevo, sólo suspiré.

Ahora sí, ascensor, planta baja, salida hospital, por la puerta cerrada que la mujer no pudo atravesar, adiós a los celadores, y abandoné el hospital por la puerta principal....pensativa....

Sólo entonces, cuando caminaba con mis pensamientos, cuando deseaba tener a esa mujer como mi madre y poder ayudarla, cuando hubiera entrado para decirle a su marido, que es una putada, pero que disfrute hasta el último momento de su vida. Ella me repetía....

- MI marido se preguntará donde estoy....

Sólo en ese instante me di cuenta, que en el 2004 el uno de enero, ese día de resaca, yo abandonaba el hospital con mi Santa fallecida, sólo en ese momento me di cuenta que cuando alguien te necesita olvidas que un día ya lejano, allí en aquel espacio se te rompió el pecho y el alma....Pero ello sucedió porque amé a mi Santa con todo el amor del mundo, y por duro que fuera saber que moriría, fue tan bella la historia de amor entre mi Santa y yo, de complicidad eterna, que aún es recordada por aquellas paredes, y por los sanitarios que allí trabajan, que aún recuerdan a la nieta de la abuela….que sólo ella, sólo su memoria, le gritaría a esa mujer perdida, tranquila mujer...no sufras mi Esther te lleva a la habitación......No llores…mi Esther viene cerca….

FELIZ AÑO NUEVO A TODOS.

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