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miércoles, 20 de julio de 2011

Servil...

¿Otra vez por aquí?.

Si hija.
Más relajada y con tiempo a visitarme, por lo que veo.
Si, necesito a mi conciencia…
Y tanto…vas sembrada últimamente…Hoy te has pasado.

No seas dura conmigo, por ser sincera.

Tú sigue, sigue desechando que ya irás recogiendo, irrumpió la abuela, trayendo una antigua frase…

Ja ja ja No Santa, no es eso…ambas rieron mientras se abrazaban cómplices, la abuela la entendía, pero en el fondo deseaba que fuera distinta…

La buena suerte, los buenos sentimientos, y los buenos momentos, no caen del cielo, hay que cosecharlos y prepararlos… Me siento bien, demasiado bien, como si estuviera cogiendo la luna con mis manos. Siempre supe que existe ese lugar en el que te sientes bien, en el que sonríes y sonríes sin más. Con esa sensación de sentirte bien.
Eres fuerte Esther, demasiado fuerte, irrumpió nuevamente la abuela, para seguir creyendo, en ese lugar.

Tú me lo mostraste Santa, y yo no lo olvidé, aprendí a soñar y a sentirme bien…sin más.

¿Pero que ha hecho que te sientas tan bien?.

Descartar los momentos que me apartarían de sentirme bien. Verás hija, las personas pueden ser hipócritas, mentir, ser sinvergüenzas, te encontrarás de todo, y tú lo serás todo, porque la vida son un manojo de sentimientos y emociones, que corren de brazo en brazo, de cabeza en cabeza, y cuando mueres quedan aquí, para el siguiente, como si fueran estrellas fugaces que recorren nuestros corazones, nuestras mentes. A veces mentiras, amaras a dos a la vez, te sentirás atraídas por cosas que te confundirán. Amaras y odiaras, cada día una cosa diferente. Cuando descubras al amor, será lo más precioso, mirarte en los ojos, y saber que ya no necesitas más…Y estarás viva…llorarás y reirás…porque las emociones corren por las calles de nuestras conciencias…abrazarás sabiendo que el mundo ya puede parar.

Pero existe algo jamás debe alcanzarte porque te invalida tu paso por la tierra, te quita tu esencia; la cobardía, la falsedad contigo mismo y la falta de sueños. Todo ello es incompatible con los sentimientos, con las sensaciones, ser cobarde se convierte en no vivir estando vivo.

¿Te daba igual su bravura?.
No, no me daba igual, me gustaba.
¿Sin ella desaparece?.
Por supuesto, se disuelve en la nada, se minimiza y un desconocido apaga su ventana.
Eres demasiado dura, hija.
Habla la maestra.
Vi y viví lo suficiente, para saber que sólo los fuertes sobreviven porque sólo con ellos puedes contar, sólo ellos aman y lo dan todo sin esperar nada a cambio, y en ese dar sin esperar se convierten en eternos, porque llegan al lugar mágico de sentirte bien contigo mismo, de sentirte honesto contigo mismo. Un cobarde te dejará vendida en cualquier puesto de la vida, porque no corre ni por sí mismo, no sabe que vive.

Santa tú me enseñaste a amar la tenacidad y la fortaleza, a no doblegarme. Puedo entender la debilidad, pero no puedo comprender al servil.

¿Y por qué te sientes tan bien?.

No lo sé, tal vez, porque cuando eres libre, cuando gozas de esa libertad…el aire entra en tus pulmones…y sabe a gloria, me gusta mi libertad y eso me provoca felicidad. Me siento como aquella chiquilla que escuchaba en un pupitre y tenía toda su vida por delante. Que miraba el horizonte, que organizaba su vida…y que no temía a nada, porque sabía que viviría, sabía que moriría, pero sobre todo sabía cómo sabe que detesta la palabra servil.

Hasta pronto.

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