Las estrellas se escurren en las manos, cuando las tratas de atrapar, porque desean seguir siendo estrellas por encima de todos los sentimientos que albergan.
¿Y qué hacen con los sentimientos mamá?
Se acostumbran a vivir con ellos, los barnizan, los observan, pero siguen su camino en el firmamento, siguen brillando, como si nada, con el interior ardiendo...
¿Y por qué?.
Necesitan brillar, darse, expandir su luz, ser cercanas y lejanas en el firmamento.
Se te escurrió la estrella, tenía que ser así, era su desseo y nadie tuvo la culpa....
El la miró, seguía sin entender nada.
Ella continúa sonriendo, iluminando el firmamento...
(Eran días de aprendizaje sobre nosotros mismos, de mirarnos en nuestro interior y entender los sucesos de nuestro exterior, conocernos para entender nuestros deseos...).
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