Y con su acostumbrada seguridad, con su orgullo y con sus ojos llenos de amor y vida, mi madre con su acostumbrada locuocidad aquella tarde, le gritó nuevamente al niñato que pretendía estar de paso, en ese eterno paso que llevan eterno los hombres en su paso por la vida;
"Apuesta por el amor, sólo apuesta por el amor", fijando sus ojos una vez más en la maleza de sentimientos vacuos que a él lo invadían, mientras bajaba la cabeza, ella contundente aseguraba y reafirmaba el espacio que sólo a ella pertenecía y en el que él ya no pintaba nada más que una burda imagen caricaturizada.
"Apuesta por el amor", sentenció mientras el agachaba la cabeza, comenzando a entender que ya no existía vuelta atras en la comedia que había comenzado sin conocer el argumento.
Colasal madre.
¿Y después?. Después sólo llega el momento en el que el UNiverso, te grita y te repite...una y otra vez, con su musicalidad, con su canto...
"Apuesta por el Amor". No pases por la vida perdiéndotelo, porque nunca, jamás, te lo perdonarás....
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