Yo piso donde tú pisas,
yo me pongo donde tú te pones-Decía la voz insistente.
Mi Santa callaba y escuchaba.
Yo piso donde tú pisas, yo me pongo donde tu te pones...
Mi Santa continuaba callada, escuchando, los pensamientos se traslucían a través de sus ojos...
Yo me pongo donde tú te pones...
Imposible, dijo finalmente mi Santa, dándole pistas...
¿Cómo q imposible?. Yo piso donde tú pisas...
Para ello, sentenció mi Santa...me he de quitar YO. Sólo si no estoy en mi lugar, lo podrás ocupar Tú- Dijo mirando a la voz...
Sólo si dejas tús valores, otros los ocuparan, otros valores, ni buenos ni malos distintos, pero sólo si abandonas tus propios valores, tus zapatos, tus huellas, y tu lugar en éste efímero paso por la tierra, otros lo ocuparán.
Comprendido, Santa de mi corazón, inquirió la nieta...
Es como mi madre, balbuceó mi verdadera madre.
Ambas rieron, sabían que era un camino ni bueno ni malo, pero ambas sabían que era el que a mí me hacía más feliz....
Eran días bonitos los de mi paso por aquella tierra...
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