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viernes, 29 de abril de 2011

Bolas Rojas.

Dentro de cien años estaré muerta, como la mayoría de los que en estos momentos mueven sus ojos, dando vida a las teclas de mi “pequeño”, el ordenador rosa, para el mundo rosa, que mi hermano regaló a la que entonces era su única hermana. Todos o al menos la mayoría, seremos un recuerdo en la mete de aquellos que ahora empiezan a nacer.

¿Cómo quieres que te recuerden mamá?...
No lo sé hija, se que me recordarán, la monté desde que tengo uso de razón. He dicho;Basta, tantas veces que no he pasado desapercibida pero no lo se. Realmente creo que no me voy a enterar, si mi energía sigue viva, no creo que ande preocupándose de lo que el resto de mentes piensen, y si morimos del todo fíjate. Pero si te soy sincera, si que me gustaría dejar una sonrisa en la cara de quien me recuerde. Un “se puede”, ella lo consiguió…..

¿Y qué consiguió mamá, que consiguió la niña?.

Mostrar que se podía tener un mundo mejor. Por eso cuando camino preocupada por decisiones que tengo que tomar, pienso que dentro de cien años a nadie le habrá importado lo que yo esta tarde he decidido…
¿Lo crees de verdad mamá?.
Si.
Tu amigo Punsset dice que influimos hasta en seis personas que no conocemos…es decir, tú conoces a Laura, que conoce a Puri, que conoce a su prima….y así, y tú le influyes y ella te influye, y te atreves a pensar que no influye cada una de tus decisiones. ¿acaso no influía cada decisión de tu bisabuela Rita?...

Si, por eso es importante. Claro, yo moriré, y cada decisión morirá conmigo pero no sus consecuencias, por eso son tan importantes, la madre naturaleza sabe bien como hacer para que nos concentremos en su propia supervivencia…
 
Verás hija, mi madre siempre se concentró en que sus hijos fueran buenas personas, nunca me advirtió de que podían hacernos daño, de que nos romperían el alma y el corazón, no por no amarnos, eso lo superamos todos, sino por despreciarnos, utilizarnos o engañarnos…

Explícate mamá.

Si explícate ESthercia que te estas liando, dijo la abuela desde ese lugar sin nombre.

Si, Santa, mi madre siempre me matizó que no le hiciera daño a nadie, pero no me advirtió del que yo podía sufrir.
¿Sabes por qué, verdad?.

Si, porque sabía que el dolor mas grande es el que dispensamos nosotros a los demás. Y supo que el mayor de los dolores del ser humano es cuando hace daño y ni se entera, porque eso significa que no sabe que vive, que no tiene emociones positivas. Ella temía que el objetivo de sus hijos fuera dañar a los que les rodeaban. Ella sólo quería que pasase o que pasase siempre habláramos con todo el mundo….

Escúchame, Esther, y se crecía….explica cuando algo te duela, y luego todo sigue igual….la vida es muy larga y bella para perder gente…(no añado más….muchos saben más de lo que puedo explicar). Pero es cierto, cuando acepto clavar la espada puedo hacer mucho daño, muchísimo, soy la persona más locuaz que he conocido, pronto identifico los puntos débiles y sé como clavar la espada para que sangre lenta…(Dios, cae mi halo), pero las pocas veces que lo he hecho, he estado noches sin dormir del dolor que me causé a mi misma. Y siempre, aunque algún niño de ojos tristes con una espada más ruda, pero también afilada, diga lo contrario, siempre pedí disculpas porque no podía continuar viviendo. Mi madre una vez más tenía razón al obligar a sus hijos a ser buenos, para ser felices, para estar bien con ellos mismos. Pero no basta, mirar la vida con bondad, buscar siempre el lado bueno no basta….

A veces me siento como dentro de una bolsa…donde hay muchas bolas de colores con las que convivo, algunas me atraen, algunas están a mi lado…y a veces nos dañamos indiscriminadamente, y otras nos amamos de la mejor forma posible, pero al final somos eso, bolas expuestas al contacto con los otros, y no lo entiendo, cada bola es individual, sin embargo depende del resto para vivir, de las emociones que les dispensan. Las hay alegres y tristes, blancas y grises. Yo sería una bola roja en mi propio sueño, Burdeos mas bien, pero no entiendo porqué me atraen las grises, porqué creo que a las grises y chillonas puedo cambiar, puedo hacerles ver la luz, llevarles al paraíso, si ellas tal vez ni lo deseen…


Y a las grises les atraes tú, porque buscan el resplandor, pero no lo conocen…
Qué lío estamos montando entre tanta mujer, tanta empatía y tanto sentimiento….
Es el lío de la vida. Muchas bolas juntas, tantos colores y metas, cuando sólo aspiramos a sentirnos bien.¿Entonces por qué nos duele lo que nos hagan las otras bolas?.
¿Por qué mi madre nunca me dijo que existía la maldad en las personas, que podían hacerme daño?.

Por qué egoístamente a ella le preocupabas tú, te quería a ti, y sabía que sólo te realizarías si fomentabas los buenos sentimientos, dentro de la coherencia. Tu nunca viste a tu madre doblarse ante nada, ni ceder ante nadie, la viste erguida, pero amando siempre. Apostó por los caballos ganadores, los de su corazón. Nunca dejó de defender lo indefendible, y nunca aceptó lo inaceptable, y eso mi niña, eso quería para ti.

Lo sé Santa….lo sé….

Sus hijos erais sus bolas, las mejores, y ella sólo deseaba que nadie dijera o sintiera que no se le iluminaba la cara al miraros…

Tu eliges qué bola eres Esther, tú eliges el color cada mañana y cada noche antes de dormir. Tu madre eligió estar orgullosa de ti….Sabía que tus sistemas de autodefensa funcionaban, que antes o después se activaban…que no te-como dijo- “doblegarías”…si bien, con la sonrisa de la vida TUYA SERÍA LA ÚLTIMA PALABRA…qué sólo te doblarían con amor, con cariño. Esa es la llave de la convivencia entre las bolas.

Ella supo que no hay nada peor que no llegar y quedar atrapado en el laberinto de no ver las emociones, de no sentir el dolor ajeno y la felicidad propia…ella supo tanto en tan poco tiempo…..si es ella….si soy yo…los ojos de quien me ha reconocido ya brillan…es la hija de….a mi cuando murió mi madre…tu madre…ya estaba en casa…me cosió…me compró…me acompañó…me abrió las puertas de su casa cuando todos me las cerraron….y los ojos ya brillan…es un pensamiento bello en los que la conocieron………….ella es la eterna sonrisa que yo ingenua heredé.

Fue una bonita bola ROJA, muy roja y brillante que se esforzó porque no la apagaran a ella ni a su descendencia.

Eres un bonito pensamiento en mi mente……….
 

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