De nuevo nos hemos encontrado, tú tan orgullosa y poseedora de la verdad....como siempre.
Hola Caballero, le dijo ella desde el lugar sin nombre donde ambos se encontraban.
Ganas de nuevo Señora.
Perdón, ganamos Caballero, ganamos ambos.
¿Siempre supiste que ganabas verdad?.
Una cosa mamá, no olvides que tú eres su única esperanza, él dejo de creer en él hace tantos siglos....pero no olvides que tú eres tú única esperanza...Tú crees en ti...desde hace siglos....Y eso, ni él, aunque se te rompa el alma, ni él te lo debe quitar...No puede jugar contigo en su juego de desanimo. En su eterna montaña rusa en la que convierte a su alma....
Tranquila hija, esa página, ya fue superada..
Lo se mamá, pero te lo recuerdo...
Hola Caballero, le dijo ella desde el lugar sin nombre donde ambos se encontraban.
Ganas de nuevo Señora.
Perdón, ganamos Caballero, ganamos ambos.
¿Siempre supiste que ganabas verdad?.
Aún cuando perdía. Contestó ella. Aún cuando el ALMA se me escapaba del cuerpo, ganaba. Ganaba la coherencia, ganaban las emociones y sentimientos, la sensatez en la que la eduqué, no podía ser de otra manera, era imposible, que se doblegara ante la desesperanza, ello era imposible, por ello, letrado, sabía que la ficha era mía. Ella apuesta como la enseñé por un mundo mejor, por una vida mejor para ambos, ese es el AS que lleva en la maga y le hace ganar...Él en cambio, perdido, apuesta por un mundo incoherente y ya caduco, apuesta por la desesperanza, por el miedo, como hiciste tú. Ella es luchadora, conoce la tenacidad que te lleva a la meta, al mejor de los momentos posibles, la honestidad con uno mismo. Por ello, porque la eduqué sabía que ganaría, porque era el único modo de que ganáramos ambos, de que ganáramos todos...
Si, tú no la hubieras educado, la historia sería distinta, tan distinta que ya no existiría la partida porque se hubiera diluido en lo simple, en lo cotidiano...
Si yo no la hubiera educado ella sería una más, sin esperanza, sin saber luchar por un mundo mejor, el suyo, sin saber ser la protagonista de su vida, la única. Sólo le enseñé a tener esperanza, a creer en un mundo realizable y sobre todo a RESPETARSE RESPETANDO....
Gano, como en antaño, porque ganas tú, ganamos. Y sobre todo, se les ve tan bonitos. Se rompen y recomponen, luchan por lo etéreo mientras buscan lo eterno...es mágica esa vida, lo están haciendo bien ambos, ceden y retoman, pero cuando se miran, en ese momento se para la lucha, la desesperanza y la esperanza, por un segundo ambos olvidan su papel, el que representan desde hace siglos para ser sólo ellos mismos....
No, gano YO, no pierdo Yo, ganamos ambos, al apostar POR LA ESPERANZA.
Hasta mañana mamá....
Hasta mañana hija mía..
Tranquila hija, esa página, ya fue superada..
Lo se mamá, pero te lo recuerdo...