Cuando éramos niños mirábamos las gotas de agua en el cristal, para ver cual ganaba...¿cuándo dejé de hacerlo y comencé a preocuparme porque se manchaba el cristal....que acababa de Limpiar?.....
Cuándo comenzaste a limpiarlo Esther, le contestó risueña su abuela...con su acostumbrada altivez. Cuando de ti dependió el que estuviera limpio.
¿Y cuándo comencé a limpiarlo?......
Tal vez cuando viste que estaba sucio y te molestó...............
¿Y cuándo vi que estaba sucio y me molestó........?.......
Pues cuando fuiste adulta....Esther...
Y ¿cuándo fui adulta Santa?.
Siempre, hija siempre. Contestó la abuela.
¿Nunca fui niña....?.
Siempre fuiste niña....se perdía en el diálogo incongruente de la vida, ambas con su acostumbra complicidad trataban de entender cuando te empieza a molestar que un cristal se manche, cuando dejas de mirar la magia de ver deslizarse el agua, apostar por una gotita y al rato olvidas por cual apostaste pero ya aparecía otra, y otra, y así las tardes de lluvia eran eternas. Pero cuándo se produce un cambio tan trascendental sin que nos demos cuenta, sin que sintamos pánico, sin que nos sintamos morir....
Por que nos agobian tantas cosas que suponen una carga y no nos llevan a un instante de felicidad, ¿por qué deseamos cielos tormentosos, y hemos olvidado la magia de ver deslizar una gota en un cristal?....
La próxima vez que llueva, sé que miraré las gotas, apostaré....por una, la animaré y durante el recorrido lo olvidaré (conseguiré no bajar las persianas....pero tal vez la siguiente vez que llueva, tal vez, me preocuparé por el cristal, me preocupará que vienen invitados a casa y no la tengo recogida, y que el cristal en la última tormenta se manchó.........y nadie miró como caían sus gotas.
Pero la próxima vez que llueva, sólo miraré como una gota de agua se desliza por el cristal.............
Cuándo comenzaste a limpiarlo Esther, le contestó risueña su abuela...con su acostumbrada altivez. Cuando de ti dependió el que estuviera limpio.
¿Y cuándo comencé a limpiarlo?......
Tal vez cuando viste que estaba sucio y te molestó...............
¿Y cuándo vi que estaba sucio y me molestó........?.......
Pues cuando fuiste adulta....Esther...
Y ¿cuándo fui adulta Santa?.
Siempre, hija siempre. Contestó la abuela.
¿Nunca fui niña....?.
Siempre fuiste niña....se perdía en el diálogo incongruente de la vida, ambas con su acostumbra complicidad trataban de entender cuando te empieza a molestar que un cristal se manche, cuando dejas de mirar la magia de ver deslizarse el agua, apostar por una gotita y al rato olvidas por cual apostaste pero ya aparecía otra, y otra, y así las tardes de lluvia eran eternas. Pero cuándo se produce un cambio tan trascendental sin que nos demos cuenta, sin que sintamos pánico, sin que nos sintamos morir....
Por que nos agobian tantas cosas que suponen una carga y no nos llevan a un instante de felicidad, ¿por qué deseamos cielos tormentosos, y hemos olvidado la magia de ver deslizar una gota en un cristal?....
La próxima vez que llueva, sé que miraré las gotas, apostaré....por una, la animaré y durante el recorrido lo olvidaré (conseguiré no bajar las persianas....pero tal vez la siguiente vez que llueva, tal vez, me preocuparé por el cristal, me preocupará que vienen invitados a casa y no la tengo recogida, y que el cristal en la última tormenta se manchó.........y nadie miró como caían sus gotas.
Pero la próxima vez que llueva, sólo miraré como una gota de agua se desliza por el cristal.............
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