Con sus recientes ojos de mármol, ya que los de antes se habían esfumado, no quedaba nada del brillo y la belleza con la que mirarban todo solicitando permiso, solicitando piedad por si la hubiera, con los nuevos ojos de mármol, dijo contundente, lejana ya la voz que no salía de la caja torácica...
-Tienes carácter...
Cómo si tener carácter fuera algo negativo o peyorativo, cómo si tener carácter te privara de algún placer o de sentirte bien en la vida...
- Claro que tengo carácter, y mucho, y a pesar de ello, me engañan en la vida. Contestó altiva, al tiempo que bajaba la cabeza tratando de olvidar tanto de lo que no quería recordar.
Comparto el carácter con la bondad, y a veces pienso que la segunda me juega malas pasadas, pero llena de tantos momentos de gloria que tampoco la despido de mi vera, la dejo que se luzca porque se que llega Don carácter y pone las cosas en su sitio...
- Tú también tienes carácter...¿Yo?, soy un cordero, contesto mientras escondía nuevamente la careta de la hipocresía.
La genética vuela, cruza los siglos y se reencuentra, y allí se ven se reconocen aquellos que son iguales, con una diferencia, mi carácter se derrumba ante el amor y éste es mi debilidad, y es el culpable de que sufra, y el tuyo cogió un triste amo que no reconoce a su señor, "Don dinero", mató tu carácter, lo resignó y esconddó...el mio ese a veces... y el mio a veces es relegado esperando el Amor...
La supervivencia y el amor, la inmortalidad que ambos ofrecen...ambos siguen ocupando la Creación.
Y mientras, nostálgicos y trágicos, con energía y con vida, continúan el lento paso por la vida...
Hasta mañana amigos.
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