Es una luz blanca, una sensación, un estado, es llegar a un tope maravilloso. Veréis es complicado de explicar, supongo que las conciencias son libres y educadas, endulzadas con los genes y con las vivencias que nos rodean, yo desde niña, al igual que mi Santa, tenemos esa luz, esa sensación de que todo está bien, de que el mundo gira en el sentido perfecto, tenemos la capacidad de pensar en la mejor solución, la mejor opción, el mejor camino. Yo, además de ser educada por ella, por lo tanto fomentó lo que ya estaba en el centro de mi conciencia, tuve la suerte de endulzar mis genes con la alegría que aportaba mi abuelo, esos ventaneros, bailarines y cantantes que sonrien a la vida, que son hospitalarios, que llenan con su presencia, mi Santa tenía el señorío que le apotaba ser Una Rocamora, una niña privilegiada donde las hubiera, pero que lo supo aprovechar, rentabilizar para ser más eterna todavia. No importa cómo los demás nos miren, importa la mirada que nosotros tengamos de nosotros mismos, y en nuestro caso vimos la chispa de la vida, y vivimos con ella...por eso os digo una vez más, os recuerdo, que esa chispa existe, buscadla y fomentarla, a partir de ese moemnto todo será distinto en todo momento. Y si un segundo, alguien que os rodee carezca de ese don, despación, sin hacer ruido, sin explicaciones porque nadie que perdió la luz lo entiende, alejaros y sonreír.
¿De donde viene esa luz mamá?.
No lo se hija, lo llevo meditando durante semana, y creo que viene del principio de los tiempos, del momento en el que se creó la vida, y al que ni religiosos ni hombres de ciencia llegan, creo que es ese momento de la Creación, en el que la vida empezó a emerger. Verás cuando morimos el cuerpo sólo deja de respirar, es una exalación, es como si algo se apagaran, un soplido hacia fuera, hechar un algo que no identifco, cómo una ventosidad que no identifico. Pero todo pasó antes, todo tuvo lugar antes, todo se crea antes y lo desconocemos, y tuvo que exisitir un momento de creación de ese antes, y en ese antes estaba esa chispa, esa luz, como la llama olímpica, que pasa, recorre nuestro mejores momentos, existen otros fuegos, otras llamas, pero no todos son observados esperando lo mismo. Pues así es nuestra luz, nuestra llama olímpica, nuestra conciencia, es una llama perfecta que todo nos lo otorga, sobre ella se crea, llevando mucho cuidado, porque si somos excesivamente buenos y confiados, nos apagan y maltratan, y si somos malvados, nos perderemos tantos momentos. No, la llama ha de vivir cómo vive el fuego sin la lluvia de la maldad, sin urnas, sin excesivo viento, la llama de nuestra conciencia, era eso, la alegría confiada y segura de si misma con la mi que Santa pisó la tierra.
¿Pero como la reconoceremos?.
No puedes, sólo puedes encontrarla, verla, observarla y dejar que te lleve a los mejores lugares del corazón de los demás y tuyos, que te fabrique noches y días de gloria, y una sonrisa, una eterna sonrisa en la mente de los demás cuando te recuerden. Tu mejor conciencia es lo que mi madre fomentó en ella misma, esa voz, esa musicalidad, ese perfecto saber estar enamorando hasta cruzar la eternidad.
Bueno, pues ahí está, ni cientificos ni religiosos identifican, pero existir existe y sólo en cada uno de nosotros, es la chispa de la vida que nos la proporcionó, y es la expulsaremos en el momento de nuestra muerte, pero mientras de ella y lo que le otorguemos nos proporcionará; nuestro bueno humor, impulsos, sonrisas......
Hasta pronto.
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